sí, sí, enfado, esa palabra tan poco navideña pero tan tremendamente cotidiana. No hace mucho estuve hablando con una persona de unos 40 años. A esa edad una ya tiene argumentos suficentes para estar enfadada o para estar muy agradecida, o incluso para las dos cosas. Esta persona parece haber optado por lo primero, o...
La entrada Me enfado… y no respiro aparece primero en Monasterio de Suesa.